Un trocito de mi.
¡Hola a todos!
Supongo que aquí empieza mi blog, algo que trabajaré a lo largo de mi paso por la asignatura de contextos y procesos educativos y… quien sabe si algo más;)
Para empezar me gustaría presentarme, qué conozcáis un poquito más de mi.
Me llamo Aitana y soy de Cantabria. De un pueblito más o menos grande del centro de la comunidad. Allí es donde crecí y donde viví hasta irme a la universidad, pero, a mi me gusta decir que soy de otro pueblo, de un pueblo pequeño y precioso del sur de Cantabria donde vive mi abuela y donde he pasado, probablemente, los mejores momentos de mi vida. Quien tenga pueblo lo entenderá.
Comencé al colegio a los 3 años y nunca he sido de las que lo odiaban. Es verdad que siempre me ha costado madrugar y qué me quejaba siempre de tener que ir al colegio tan pronto (a día de hoy soy de las que prefieren tener clase por la tarde), pero, una vez ahí, era feliz. Siempre me ha gustado juntarme con gente, socializar, reír y pasármelo bien y, al final, un sitio donde pasas tantas horas es más fácil si lo haces cómodo. Así que, yo tomé esa opción, decidí tomarme el colegio con calma, disfrutarlo, estudiar para acabar pronto y disfrutar de más verano y, cuando empezase septiembre volver a la rutina habiendo pasado un buen verano merecido después de tantos meses de madrugón.
Esa fue mi rutina durante años. El colegio me ha dado mucho y no solo a nivel intelectual, si no también personal. Allí hice amigos que mantengo y que me siguen llenando de vida y viví experiencias que me hicieron crecer como persona.
Los dos últimos años fueron complicados para mí, tanto a nivel personal como académico. No por estudiar, porque nunca fui mala estudiante, si no porque me agobiaba la idea de salir de mi zona de comfort, elegir un futuro y dejar atrás todo lo vivido.
Hubo un tiempo que acudí al psicólogo y decidí que, si alguien que no me conocía de nada me había ayudado tanto a nivel personal y me había dado las alas que necesitaba, yo también quería hacer eso con los demás, quería ayudarlos y quería que ellos se sintiesen tan llenos como me había sentido yo. Y así fue, cuando acabé el bachillerato me fui a estudiar Psicología a Salamanca.
Y ahí empieza otra etapa de mi vida. Sin duda, la mejor. Yo siempre digo que yo le debo todo a Salamanca porque gracias a ella florecí. Salamanca, ciudad de estudiantes, vida compartida y sana, llena de sueños. Ahí pasé 4 años estudiando la carrera que más me gustaba, luchando por lo que quería, y rodeada de mucha gente buena, pero sobre todo, la que para mí es la mejor promoción de psicólogos, no se si a nivel profesional (todavía, porque aún seguimos formándonos) pero estoy segura que sí lo son a nivel personal.
El último año del grado, en las prácticas, yo quería hacerlas en clínica, pero, por diferentes razones acabé en educativa, en el módulo de orientación con especialidad en trastornos graves de conducta. Para mi esas prácticas fueron especiales y cambiaron mi trayectoria y, aquí estoy. Me gustaría acabar ahí o en algo similar y ayudar a los chavales porque creo que la ayuda proactiva es la más importante, y en la etapa de desarrollo es fundamental. Así que me tocará seguir luchando y formándome. Sigo con ganas.
Ahora ya sabéis un poco más de mi, de donde vengo y a donde quiero llegar. Gracias por leerme y espero que podamos vernos en las próximas entradas!!
¡Hola, Aitana!
ResponderEliminarA través de esta entrada he podido observar la gran ilusión y motivación que tienes hacia tu formación, y por seguir aprendiendo. Me alegra ver esa pequeña reivindicación hacia la importancia de la profesión del psicólogo/a.
¡Deseando leerte más!